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Alineació, París es una evocadora representación de una terraza parisina desierta, con hileras de mesas y sillas que se alinean en una perspectiva casi infinita. Esta obra, fechada en la década de los 90, refleja la fascinación del autor por las escenas urbanas llenas de orden y armonía geométrica.
El uso de tonos fríos y una luz matutina transmite serenidad y una sensación de quietud, como si el día apenas estuviera por comenzar. Las pinceladas sueltas pero detalladas sugieren el tejido de las sillas y la textura del pavimento, mientras que el fondo borroso añade profundidad y un aire etéreo. Este cuadro es un excelente ejemplo del neoimpresionismo contemporáneo, donde el realismo se fusiona con una interpretación artística subjetiva de la luz y el espacio.
Josep Maria Vayreda Canadell (Olot, 1932 – Girona, 2001) fue un destacado pintor español, célebre por su enfoque en paisajes urbanos, marinos y escenas de la vida cotidiana. Perteneciente a una familia de fuerte tradición artística, era nieto de Marian Vayreda Vila y pariente de Joaquim Vayreda, el fundador de la Escuela Paisajista de Olot.
Vayreda Canadell inició su formación en la Escuela de Bellas Artes de Olot. Aunque comenzó estudios de Derecho en la Universidad de Barcelona, decidió dejar esta carrera para dedicarse de lleno a la pintura. En 1958, realizó su primera exposición en la Sala Jardín de Barcelona, lo que marcó el inicio de su proyección artística.
Entre 1960 y 1966, vivió en París, donde asistió a la École des Beaux-Arts y a la Académie de la Grande Chaumière. Participó en numerosas exposiciones colectivas y su estancia en París influyó profundamente en su estilo, aportando una dimensión internacional a su obra. Más tarde, viajó a Estados Unidos, donde expuso en ciudades como Nueva York y Filadelfia, consolidándose como un pintor de renombre.
Aunque ligado a la tradición de la Escuela de Olot, Vayreda Canadell desarrolló un estilo único, caracterizado por la interpretación libre de paisajes y un interés por las formas geométricas, la luz y la atmósfera. Sus paisajes urbanos y marinos, como los de Cadaqués y París, son especialmente reconocidos por su equilibrio entre detalle y una atmósfera etérea.
Falleció en Girona en 2001, dejando un legado artístico que refleja su visión poética de los paisajes y escenas cotidianas.