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Óleo sobre cartón del pintor cántabro Eduardo Sanz. Paisaje de Segovia. Año 1957. Obra de primera época. Medidas: 64 por 50 centímetros. Marco no incluido.
Eduardo Sanz Fraile (1928-2013) Realiza sus primeros estudios de pintura con José Cataluña, ingresando en 1953 en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid.
Al año siguiente debuta en una exposición colectiva celebrada en la sala Sur de Santander, y dos años más tarde realizará su primera muestra individual en la galería Delta de la misma ciudad.
Entre 1958 y 1962 su obra pasa por una fase abstracta, informalista, lenguaje que sin embargo abandonaría rápidamente. A continuación experimentará con la figuración expresionista, y pasará por una breve etapa postcubista. En ese momento se dedica al estudio de las técnicas del grabado, y desde entonces comenzará a trabajar con espejos, creando lo que él denomina “Participaciones”: cuadros de vidrio espejo rotos, a los que incorpora elementos diversos. Estos darían paso seguidamente a las series “Ventanas” y “Vías o carreteras”. Eduardo Sanz mostrará estas obras en la Sala del Prado del Ateneo de Madrid, así como en la XXXIII Bienal de Venecia.
Entre 1962 y 1969 sus obras se caracterizan por la superposición de planos y el sentido tridimensional, desarrollando a la vez series de múltiples.
En 1970 realiza las “Capillas-relicarios”, y al año siguiente participa en la II Exposición Arte Actual de Santillana del Mar.
Entre 1972 y 1974 trabaja los temas de alfombras, vitolas y esculturas (“formas cristalográficas”), exponiendo los resultados en la muestra antológica que le dedicó en 1973 el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid.
Su siguiente etapa se inicia en 1975, caracterizándose su producción de este momento por las “Cartas de amar”, realizadas con signos y señales marítimas. Mostró estas obras en la galería Kreisler 2 de Madrid en 1976. De 1978 a 1980 se produce un paréntesis en su producción, durante el cual el artista se dedica a fabricar barcos a escala y a la pintura de pequeño formato con temas diversos.
En 1979, sin embargo, se había iniciado un nuevo cambio en su obra, cuando se embarca en la aventura de pintar y catalogar todos los faros de la costa española. Desde entonces hasta hoy, su fusión con el mar y los temas marinos ha sido total, surgiendo de ella sus celebradas series “Faros” y “Hora solar”.
Obras suyas pueden encontrarse en el Museo Albertina de Viena, el de la Stampa en Milán, el Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el de Arte Abstracto de Cuenca, el MACBA de Barcelona, el de Arte Contemporáneo de Ostende (Bélgica), Museo de la Asegurada de Alicante, etc., y también en destacadas colecciones privadas como la del Chase Manhattan Bank de Nueva York.