Madrugada en la Costa Brava. El sol está saliendo y el mar refleja los suaves colores del cielo. La escena es tranquila y quieta, con solo unas pocas rocas rompiendo la superficie. Las pinceladas sueltas y los colores llamativos le dan al paisaje una sensación de energía tranquila, como si el día estuviera a punto de comenzar, pero aún no lo hubiera hecho. Óleo, lienzo. Fichado. Barnizado.