El lienzo captura una escena tranquila en una pequeña bahía al amanecer. Los pescadores están en sus barcas de madera, listas para zarpar, con redes ya preparadas. Las pinceladas gruesas del óleo dan textura al agua, mostrando reflejos dorados y naranjas del sol que apenas se asoma sobre el horizonte.
Los barcos están pintados con tonos terrosos y azules deslavados, con detalles de redes, cuerdas y botes de remos. Los pescadores, con sus sombreros de paja y camisas sencillas, aparecen en movimiento, algunos tirando redes, otros ajustando las velas. Sus gestos son expresivos, capturados con trazos rápidos que transmiten la actividad matutina.