Monumental pintura al óleo sobre lienzo de escuela sevillana del último cuarto del siglo XVII, de escuela de Murillo y que es atribuible a alguno de sus discípulos o colaboradores. Toma mayor fuerza la tesis de que se trata de una obra de Sebastián Gómez "el mulato", un criado del maestro sevillano que fué discípulo y seguidor de su estilo hacia el último cuarto del siglo XVII. De origen granadino e hijo de moriscos, "el mulato", también conocido (erróneamente) como "el esclavo de Murillo", llegó a ser un reputado pintor barroco con obras en el Museo de Sevilla, Museo de Cádiz, Museo de Salamanca y Museo de San Carlos de Mejico, entre otros. Una Santa Bárbara de composición casi idéntica se conserva en la Parroquia de la O en Triana, Sevilla, y que el profesor de la Universidad de Sevilla D. Angel Justo Estebaránz relaciona con el trabajo de Sebastián Gómez en artículo publicado por la Hermandad de la O relativo a su patrimonio artístico. La versión de la O se diferencia en un acabado en medio punto superior, y una conservación más deficiente. Este cuadro procede del desaparecido Oratorio de San Felipe Neri y llegó a la O en 1868.
Santa Barbara nació en Nicomedia hacia el siglo III, su padre el sátrapa Dióscoro la encerró en una torre para evitar su matrimonio dada su gran belleza, y también para evitar el proselitismo cristiano, ya que él era un pagano convencido. Al descubrir que Bárbara era ya cristiana intentó matarla pero ella escapó. Capturada más tarde, sería martirizada por las autoridades paganas por orden del Gobernador Marciano, para luego ser decapitada por su padre en una colina. Cuando Dióscoro bajaba de la colina un rayo lo fulminó.Se la invoca contra el trueno y el rayo, y es patrona de artilleros, artificieros, fundidores de campanas, mineros, canteros y arquitectos.
Obra procedente de herencia en Sevilla, nunca en comercio.
Muy buena conservación.
Medidas lienzo: 230 x 147 cm.
Con marco de oro fino de su época: 238 x 160 cm.