Serigrafia numerada 112 de 125 y firmada por el artista.
70 x 72 cm incluido el marco.
Justo Revilla Rubio (Madrid, 1940) comenzó su carrera artística a la edad de trece años, donde también asistió a la escuela de Artes y Oficios. Mientras trabajaba en un estudio de carteles, practicó el dibujo en el Círculo de Bellas Artes para acceder posteriormente a la universidad en San Fernando. Después de haberse graduado en la universidad, a la edad de veinticinco años, Justo Revilla participó activamente en exposiciones y concursos, mientras establecía en la comunidad artística un lugar para él como pintor de talento único y valor notable. Justo Revilla tiene una sensibilidad a la forma y la creación que se exhibe a través de su habilidad maestra para dibujar, que él ve como el aspecto técnico del proceso creativo.
Influenciado por los maestros Francisco de Goya, Diego Velázquez y Franz Hals, estos artistas practicaron y utilizaron la técnica de tenebrismo, usando tonos oscuros para representar una imagen, una característica comúnmente vista en las obras de Justo Revilla.
El viaje de la vida y la experiencia humana es un tema que Justo Revilla amplía dentro de sus obras. Al apelar a los sentimientos del observador, Justo Revilla representa en el lienzo que es empático con los individuos que retrata. Principalmente representando a los ancianos, cree que la sabiduría se logra a través de las experiencias de la vida. Con la capacidad de enfocarse simultáneamente en la belleza y la proporción, intenta con éxito elevar su tema de la realidad a un reino espiritual.
Se ha dicho que los artistas maestros españoles exhiben poesía a través de sus temas, Justo Revilla no es una excepción a esta regla porque posee el talento para observar y penetrar su tema. Ya se trate de paisajes, figuras, interiores, exteriores, bodegones o flores, Justo Revilla está inspirado en la vida doméstica y la experiencia humana.