En la primavera de 2014, el rey Juan Carlos I abdica en favor del príncipe Felipe. En su toma de posesión, Felipe VI promete enmendar los errores cometidos por su precursor, Felipe V. Para ello, propone una alianza entre los cinco reinos tradicionales de la península e invita a Portugal a formar parte de una única nación Ibérica. Sin embargo, el joven rey es secuestrado antes del inicio de la cumbre bilateral que se iba a celebrar en Yuste para debatir esta posible unión de estados. La policía, sin indicios, recurre a un sistema informático de rastreo geoposicional por satélite para la liberación del prisionero. Al mismo tiempo, la compañía propietaria de la aplicación informática enfrenta espionaje industrial, traiciones y ciberataques.