En 'Ava's Man', Rick Bragg continúa su historia personal del Sur Profundo, evocando la infancia de su madre en las estribaciones de los Apalaches durante la Gran Depresión y la historia del hombre que la crió. Charlie Bundrum era un techador, carpintero, fabricante de whisky y pescador que conocía cada centímetro del río Coosa. Un hombre que dio pasos gigantes en botas gastadas, un verdadero héroe a quien la historia de otro modo habría pasado por alto. En la década de la Gran Depresión, Charlie trasladó a su familia veintiuna veces, manteniendo a siete hijos un paso por delante de la pobreza y el hambre que los amenazaban por todos lados. Trabajó en la fábrica de acero cuando el acero estaba en auge, o por un lado de tocino o un celemín de melocotones cuando no lo estaba. Le pagó al médico que dio a luz a su cuarta hija, Margaret, la madre de Bragg, con una jarra de whisky. Tenía talento para vivir y sus hijos lo veneraban. Cuando murió, los coches se alinearon en el asfalto durante más de un kilómetro. Rick Bragg ha construido un monumento a su abuelo, un padre que apoyó a su familia en los tiempos difíciles y dejó una leyenda en los bosques.