Veintidós años después del atentado contra un bufete de abogados de Mississippi en el que murieron los dos hijos de Marvin Kramer, Sam Cayhill, miembro del Klan y presunto asesino, ha agotado casi todas sus apelaciones en el corredor de la muerte, hasta que el joven abogado Adam Hall toma el caso. En esta apasionante novela, John Grisham explora los dilemas morales y éticos del sistema judicial estadounidense, planteando preguntas incómodas sobre la pena de muerte y la búsqueda de la justicia.