«Comme une bête» es la historia de un joven que ama tanto a las vacas que se convierte en carnicero. Pim pasa su mano por todas partes donde puede, identifica en voz alta el jarrete, la primera costilla y el solomillo; las palabras la hacen reír y luego menos cuando pasa a la rodaja grasa y al cuisseau. El cuerpo del aprendiz anquilosado por días de corte, deshuesado y limpieza finalmente se relaja, se suaviza, sus manos se descrispan, la carne es móvil, la piel se rasguña, la sangre se escapa por las venas, pone sus dedos en las sienes de la chica, palpita.