En septiembre de 1967, Gabrielle Russier comienza a trabajar en el liceo Nord de Marsella. Joven madre divorciada, enseña francés, lleva el pelo corto y fuma cigarrillos Gauloises. Unos meses después, Gabrielle y uno de sus alumnos, Christian, se enamoran. Es el comienzo de una pasión fuera de la ley. En la época en que Mayo del 68 proclama el amor libre, Gabrielle Russier es perseguida por corrupción de menores y encarcelada. "No te dejaré. Aunque estos barrotes, estos muros, nos separen. Aunque la muerte nos separe". Gabrielle Russier se suicida antes de su juicio de apelación. El caso divide a Francia. Interpelado sobre este tema durante una conferencia de prensa, el presidente Pompidou cita un poema de Paul Éluard, "Comprenne qui voudra"...