En 'Evaristo Carriego', Jorge Luis Borges retrata a su amigo, el poeta Evaristo Carriego, ambientando la historia en el barrio de Palermo, Buenos Aires. A través de este retrato, Borges nos sumerge en un mundo de milongas, pequeños delincuentes y prostitutas, ofreciendo una lección de literatura, vida y poesía. La obra explora la línea entre la realidad y la ficción, convirtiendo al personaje en una creación puramente borgiana.