En el corazón de esta novela, Ghislaine de Montfaucon, una maestra en el arte de manipular las palabras, crea sus propias definiciones que, con el tiempo, se convierten en su realidad. A su lado, Ambroise, un maquillador que transforma rostros día y noche; Beth, la astuta abuela de Ambroise; Manelle, una dedicada cuidadora; y Samuel, su paciente predilecto, tejen una historia de amor y un canto a la vida. Jean-Paul Didierlaurent nos sumerge en un relato donde la imaginación y el afecto se entrelazan para celebrar la belleza de la existencia en cada uno de sus momentos.