En 'Maybe One', Bill McKibben argumenta que la Tierra se está superpoblando peligrosamente, y que si más de nosotros eligiéramos tener un solo hijo, marcaría una diferencia crucial para asegurar un futuro saludable para nosotros y nuestro planeta. McKibben, padre orgulloso de un hijo único, desmiente los mitos sobre los hijos únicos, citando investigaciones sobre las muchas fortalezas emocionales e intelectuales que poseen. Contrariamente a la sabiduría popular, los hijos únicos se parecen mucho a los demás; no son más propensos a ser solitarios, tímidos o difíciles de llevarse bien que los niños con hermanos. Los hijos únicos también reciben los beneficios de más recursos y tiempo de los padres que se les niegan a los niños con hermanos: puntajes más altos en los exámenes y niveles de rendimiento en la escuela, y un mayor desarrollo de rasgos de personalidad positivos, como la madurez y el autocontrol.