Connie no está viviendo exactamente sus sueños. Cuando su querida abuela falleció, Connie regresó a Hazelhurst, el pueblo donde creció, y se hizo cargo del antiguo trabajo de su abuela como cuidadora en el salón del pueblo. No es una carrera en periodismo como esperaba, pero le encanta trabajar en Bluebell Hall. Así que cuando unos codiciosos promotores inmobiliarios intentan hacerse con él, Connie idea un plan para salvar el salón, uno tan disparatado que podría funcionar. Todo lo que se necesita es una aguja e hilo, trozos de material viejo y manos dispuestas. ¿Podrá Connie salvar Bluebell Hall? ¿Y se salvará a sí misma en el proceso? Una novela conmovedora sobre la amistad, la comunidad y ser lo suficientemente valiente como para luchar por lo que crees.