Técnica sobre soporte: Óleo sobre lienzo
Título de la obra: “Flores”
Autor: Fernando García Camoyano (1867-1930)
Firmado
Periodo: Principios siglo XX
Buen estado para su antigüedad y uso
Dimensiones totales: 111 x 60 x 5 cm.
Dimensiones sin marco: 104 x 52 cm.
Delicado óleo sobre lienzo de Fernando García Camoyano en el que se representa un elaborado ramo de flores, incluyendo grandes peonías blancas y rosadas, además de otras flores más pequeñas de colores cálidos. Todas ellas se disponen sobre una tela oscura, llena de pliegues que aportan profundidad y contraste al conjunto. Además, la composición está enmarcada por un grueso borde dorado, que parece simular el marco de una ventana o vano por el que sobresale ligeramente la tela que envuelve las flores y genera una sensación de “trampantojo”, como si saliera del propio marco. Esta obra manifiesta su carácter teatral. La rica composición floral emerge de manera dramática de la oscuridad, directamente iluminada, y de esta manera se crea un efecto de profundidad, enfatizando ese contraste de luces y sombras.
Presenta el estilo característico del género al que corresponde, pues no deja de ser un bodegón, realista y minucioso, que poco a poco fue ganando peso en la Historia del Arte. El gran artista Caravaggio (1573-1610) fue uno de los primeros artistas que representó naturalezas muertas con conciencia de obra pictórica, pero fueron muchos los que se valieron de él en algún momento de su carrera. Con orígenes en la antigüedad y muy popular en el arte occidental desde el siglo XVII, el bodegón da al artista más libertad compositiva que otros géneros pictóricos como el paisaje o los retratos. Antes de 1700, a menudo contenían un simbolismo religioso y alegórico en relación con los objetos que representaban. También conocidos como naturalezas muertas, suelen presentar animales, flores, frutas, comidas, plantas… Su desarrollo se inscribe en el contexto de crecimiento de apreciación sobre la pintura y la explosión de interés por el naturalismo e imitación de la naturaleza que se empezó a desarrollar a finales del siglo anterior.
Fernando García Camoyano (1867-1930), conocido como “El pintor de las flores”, fue un pintor y dibujante español nacido en Badajoz. Desde temprana edad, comenzó su formación artística, primero en Badajoz bajo la tutela de Felipe Checa y Delicado, y luego en Sevilla con Manuel de la Rosa Sampedro, donde completó su educación formal.
A lo largo de su carrera, Camoyano participó activamente en importantes exposiciones nacionales e internacionales. En 1887 y 1890, presentó sus obras en la Exposición Nacional de Bellas Artes en Madrid, lo que marcó el comienzo de su trayectoria en el ámbito artístico nacional. A partir de 1892, se dio a conocer internacionalmente, obteniendo una mención honorífica en la Exposición Internacional de Bellas Artes de Madrid, y ganando medallas en eventos como la Exposición Universal de Chicago en 1893.
A fines del siglo XIX, Camoyano se trasladó a América, donde su carrera prosperó. Exhibió con éxito en Nueva York y Buenos Aires, lo que le permitió establecer una sólida posición económica. Su éxito internacional continuó con exposiciones en Bruselas, París, y otras ciudades europeas, y en 1895 comenzó a dar clases de pintura en Santander, donde su estudio se convirtió en un lugar de referencia para la aristocracia local.
Durante los primeros años del siglo XX, Camoyano experimentó una gran productividad. Su trabajo abarcaba una amplia variedad de géneros, desde paisajes y retratos hasta escenas costumbristas y de género, destacándose por su delicado uso del color y la luz, especialmente en la pintura de flores y figuras femeninas.
A lo largo de su carrera, la obra de Camoyano fue reconocida tanto en España como en el extranjero. En 1901, fue director artístico de la Revista Veraniega en Santander, y a partir de 1905, sus cuadros de flores y escenas andaluzas adquirieron gran popularidad. A lo largo de su vida, también trabajó en encargos religiosos y retratos, entre los que destaca el Retrato de Marcelino Menéndez Pelayo (1912).
En sus últimos años, Camoyano continuó siendo una figura destacada en el panorama artístico santanderino y madrileño. Su salud se vio afectada por problemas cardíacos, y falleció en 1930 a los 62 años, dejando un legado de obras que reflejaban la influencia de la pintura académica española y el gusto por la tradición romántica.
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Technique: Oil on canvas
Title of the work: “Flowers”
Artist: Fernando García Camoyano (1867-1930)
Signed
Period: Early 20th century
Good condition for its age and use
Overall dimensions: 111 x 60 x 5 cm
Dimensions without frame: 104 x 52 cm
This delicate oil on canvas by Fernando García Camoyano depicts an elaborate bouquet of flowers, including large white and pink peonies, as well as smaller flowers in warm colors. All are arranged on a dark, pleated canvas that adds depth and contrast to the composition. The painting is framed by a thick gold border, which seems to simulate a window or opening through which the fabric enveloping the flowers protrudes slightly, creating a trompe l'oeil effect, as if it were emerging from the frame itself. This work clearly demonstrates its theatrical nature. The rich floral composition emerges dramatically from the darkness, directly illuminated, creating an effect of depth and emphasizing the contrast of light and shadow. It exhibits the characteristic style of the genre to which it belongs, as it is, after all, a still life—realistic and meticulous—which gradually gained prominence in the history of art. The great artist Caravaggio (1573–1610) was one of the first artists to depict still lifes with the awareness of them as works of art, but many others employed this technique at some point in their careers. With origins in antiquity and very popular in Western art since the 17th century, the still life gives the artist more compositional freedom than other pictorial genres such as landscape or portraiture. Before 1700, they often contained religious and allegorical symbolism related to the objects they depicted. Also known as still lifes, they typically feature animals, flowers, fruits, food, plants, and other natural subjects. Their development is part of a growing appreciation for painting and a surge of interest in naturalism and the imitation of nature that began at the end of the previous century. Fernando García Camoyano (1867-1930), known as "The Painter of Flowers," was a Spanish painter and draftsman born in Badajoz. From a young age, he began his artistic training, first in Badajoz under the tutelage of Felipe Checa y Delicado, and later in Seville with Manuel de la Rosa Sampedro, where he completed his formal education. Throughout his career, Camoyano actively participated in important national and international exhibitions. In 1887 and 1890, he presented his works at the National Exhibition of Fine Arts in Madrid, marking the beginning of his career in the national art scene. From 1892 onward, he gained international recognition, receiving an honorable mention at the International Fine Arts Exhibition in Madrid and winning medals at events such as the World's Columbian Exposition in Chicago in 1893. At the end of the 19th century, Camoyano moved to America, where his career flourished. He exhibited successfully in New York and Buenos Aires, which allowed him to establish a solid financial position. His international success continued with exhibitions in Brussels, Paris, and other European cities, and in 1895 he began teaching painting in Santander, where his studio became a popular haunt for the local aristocracy. During the early years of the 20th century, Camoyano experienced a period of great productivity. His work encompassed a wide variety of genres, from landscapes and portraits to genre and everyday scenes, distinguished by his delicate use of color and light, especially in his paintings of flowers and female figures. Throughout his career, Camoyano's work was recognized both in Spain and abroad. In 1901, he was the artistic director of the Revista Veraniega (Summer Magazine) in Santander, and from 1905 onwards, his paintings of flowers and Andalusian scenes gained great popularity. Throughout his life, he also worked on religious commissions and portraits, among which the Portrait of Marcelino Menéndez Pelayo (1912) stands out. In his later years, Camoyano continued to be a prominent figure in the Santander and Madrid art scene. His health was affected by heart problems, and he died in 1930 at the age of 62, leaving a legacy of works that reflected the influence of Spanish academic painting and a taste for the Romantic tradition.
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